Y la Soledad,
aquella zorrona de siete letras,
le hizo sitio a la Tristeza.
Merecía la pena ver a reverendas
perras desechando sus vidas mientras compartían botella. El Alcohol
se esfumó pero llegaron las amigas Pastillas, regalando sonrisas de
pantomima y amores de mentira. Y allí estaba yo, entre las luces
entrecortadas, los gatos ladrando, los perros maullando y mucho
gallito pavoneándose, como ajena al desamparo reinante, mirando con
lástima como se perdían las miradas en el sun sun de los altavoces.
Muy bueno como todo lo que escribes, debajo de cada entrada me vienen a la mente experiencias vividas por mi mismo que me han hecho mejorar en mi vida y tu blog me ayuda a recordar. Muchas gracias por compartir lo que tienes en tu interior con esas palabras ojala más gente fuera como tu.
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