Ninfómana

Follar, follar y follar. Parece que el mundo gira entorno a este verbo. Y no es precisamente esa la forma suprema de demostrar amor físicamente? Por qué reducirlo solo a la búsqueda, muchas veces egoista de placer? ¿Donde quedó el éxtasis del trabajo bien hecho o del sobresaliente en el examen de esa profesora desalmada que segun dicen es imposible de aprobar? Yo tengo tantas fuentes de placer que podría considerarme ninfómana. Pero creo que solo un afortunado merece la virtud de disfrutar de mi cuerpo. Y es que mi gran problema es, que estoy tan buena que solo me quieren por mi físico. Lo que no saben es que detrás de este cuerpo escultural y estos pechos rebozantes de júvilo, hay un corazón que hace "boom, boom".

Me entretengo diciendo esto aún sabiendo que ya la monogamia está pasada de moda. Ahora reina el desinterés bajo la falsa premisa de "ahora no quiero nada pero nunca se sabe" o en el peor de los casos bajo la etiqueta de "follaamigos". La fidelidad ya no se lleva. Dejó de ser tendencia más o menos por la época del primer Gran Hermano.

Quiero dejar claro que esta entrada no está escrita de una mujer para otras mujeres hablando de lo malos que son los hombres, ya que me consta que también hay muchas mujeres que se han sumado a esta moda del "si te he visto no me acuerdo".

Si aun así, las fuentes alternativas de placer que propongo no les son suficientes, mi más sincero consejo es que impulsemos la economía de nuestro país mediante la compra compulsiva de vibradores, muñecas hinchables y demás accesorios. No más épocas de sequía y no más sentirse utilizad@. Facil y sencillo.