miércoles, 9 de enero de 2013

microcuento


Y la Soledad,
aquella zorrona de siete letras,
le hizo sitio a la Tristeza.
Merecía la pena ver a reverendas perras desechando sus vidas mientras compartían botella. El Alcohol se esfumó pero llegaron las amigas Pastillas, regalando sonrisas de pantomima y amores de mentira. Y allí estaba yo, entre las luces entrecortadas, los gatos ladrando, los perros maullando y mucho gallito pavoneándose, como ajena al desamparo reinante, mirando con lástima como se perdían las miradas en el sun sun de los altavoces.
-Em... creo que este no es mi mundo...- Di media vuelta, y me marché.